Japón da el primer paso en miniatura para construir un elevador al espacio

Japón da el primer paso en miniatura para construir un elevador al espacio
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Anonim

Investigadores japoneses están probando un concepto de elevador espacial en miniatura en el espacio.

En 1895, un científico ruso llamado Konstantin Tsiolkovsky vio la Torre Eiffel recién construida y se le ocurrió la idea de construir un ascensor al espacio. Desde entonces, el concepto se ha discutido y propuesto regularmente, a menudo con características de sonido como un contrapeso que cae a la tierra y propulsa un elevador hacia arriba y hacia afuera de la atmósfera de la Tierra.

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Nadie ha podido encontrar una manera de lograr esto, por lo que con el tiempo el elevador espacial se convirtió en más ciencia ficción que un objetivo realista. Los científicos en Japón están listos para dar los primeros pasos muy pequeños para probar un elevador a las estrellas.

Investigadores de la Universidad de Shizuoka lanzarán un ascensor espacial en miniatura en un cohete H-2B desde la isla de Tanegashima en septiembre. El elevador tendrá aproximadamente el tamaño de dos cajas de fósforos e intentará deslizar hacia arriba y hacia abajo un cable de 10 metros suspendido entre dos mini satélites.

Los lanzamientos de cohetes son actualmente la única forma de llegar al espacio. © WikiImages / Pixabay

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Está muy lejos de la idea original de Tsiolkovsky en su libro de 1895 Sueños de la tierra y el cielo, que era una torre de 36, 000 kilómetros de altura que conducía a un "castillo celestial" en la parte superior. Desde entonces, se han presentado varias teorías, incluida la de otro científico ruso, Yuri Artsutanov, que sugiere en 1959 que se podría construir un cable entre la Tierra y una ciudad en el espacio. Como con la mayoría de estas ideas, los problemas surgieron al determinar un material lo suficientemente fuerte como para llegar tan lejos.

En la década de 1990, se inventó un nuevo material llamado nanotubos de carbono, que era lo suficientemente fuerte como para soportar un ascensor espacial, y esto provocó una nueva ola de propuestas. En 2000, Bradley C Edwards, un científico estadounidense, sugirió crear una cinta delgada de papel de 100, 000 km de largo utilizando un material compuesto de nanotubos de carbono.

La sección transversal de la cinta le daría al elevador una mayor oportunidad de sobrevivir a los meteoritos y tendría suficiente área de superficie para que las cápsulas de transporte los suban con rodillos simples. Edwards ha publicado dos libros sobre el tema y afirma que un ascensor espacial podría reducir el costo de los viajes espaciales en un factor de 100.

Más recientemente, una compañía contratista en Japón llamada Obayashi, que construyó la estructura más alta de Tokio, se comprometió a construir un elevador espacial con cables hechos de nanotubos de carbono para 2050.

Queda por ver si alguna vez subiremos a un ascensor que nos puede llevar al espacio. Todavía hay un largo camino por recorrer con los materiales, y evitar los meteoritos y otros desechos en el espacio, mientras que sobrevivir a terremotos, huracanes y tornados aquí en la Tierra será un desafío para cualquiera que construya una estructura de este tipo. Pero en Japón, la idea ha tomado más fuerza que en cualquier otro lugar, y será interesante ver qué tan lejos hacia las estrellas nos pueden llevar estos experimentos.